El estado del bienestar está evolucionando hacia un entorno más digital. Hoy en día, se ha normalizado el uso de algoritmos y datos biométricos, entre otros sistemas, para la concesión de ayudas de todo tipo. Pese a la modernización de estos sistemas, se han detectado ineficiencias en la adjudicación de estas, hasta el punto que han sido llevadas a juicio en diversos países del mundo.